El trap latino de Bad Bunny triunfa en el cierre de un año difícil para el Sónar

El cantante puertorriqueño Benito Antonio Martínez, 'Bad Bunny', en la última jornada del Sónar.
El cantante puertorriqueño Benito Antonio Martínez, 'Bad Bunny', en la última jornada del Sónar.
EFE / Alejandro García
El cantante puertorriqueño Benito Antonio Martínez, 'Bad Bunny', en la última jornada del Sónar.

El puertorriqueño Bad Bunny ha despedido este sábado la edición más complicada del Sónar, con 20.000 asistentes menos por problema externos al festival, donde ha ejercido de profeta de lo que él mismo llama "la nueva religión" o, lo que es lo mismo, el nuevo trap latino que está arrasando en todo el mundo.

El reguetón de Bad Bunny podría ser considerado por algunos una herejía para un festival de música electrónica -un puñado de "puristas" lo hizo e incluso, cuando se anunció su presencia en el Sónar, difundieron una petición para retirarlo del cartel-, pero los miles de espectadores que han llenado el escenario central del festival han sucumbido a los ritmos latinos del "conejo malo" y han cambiado los pasos de baile del 'dance' por el 'perreo'.

Tras el rumor de una posible cancelación de su concierto por las protestas en Puerto Rico contra el gobernador de la isla, a las que Bad Bunny asistió como manifestante, el público ha podido gozar de su primer concierto en Barcelona tras la publicación, a finales del 2018, del primer y aclamado disco 'X100PRE', una obra que recoge la versatilidad del puertorriqueño.

El concierto no ha estado al margen del tema y en el tramo final Bud Bunny ha explicado por qué se manifestó y ha levantado el cántico 'Ricky rehúsa' de los seguidores boricuas, que han asistido con banderas del país y pancartas, como del resto.

Todo el público, escépticos y tímidos incluidos, se han entregado a los preceptos del trap latino: no dejar de bailar, sudar sin parar y arrimarse al prójimo.

Librados de los prejuicios hacia el reguetón, los asistentes han disfrutado de un concierto donde Bad Bunny ha repasado sus temas más enmarcados en el género, combinados con las canciones más eclécticas que se acercan al trap, hip hop, R&B, electrónica e incluso punk-rock.

Reivindicación laboral de los montadores

La última sesión del festival ha estado marcado por la reivindicación laboral de los montadores de escenarios de la Fira de Barcelona, donde se celebra el Sónar, que estuvo a punto de obligar a anularlo.

La banda Territoire ha mostrado su apoyo luciendo una camiseta en favor de su reclamación durante su actuación en el festival y los 'riggers' en huelga se han concentrado ante las puertas del recinto del Sónar nocturno.

Los directores del festival han reiterado en la rueda de prensa de balance que apoyan a los trabajadores en huelga y que lamenta que Fira de Barcelona y las instituciones que conforman este organismo no hayan sido capaces de solucionar el conflicto a tiempo.

La huelga y el cambio de fechas del festival, que este año ha tenido lugar en julio en lugar de junio porque Fira de Barcelona tenía el espacio reservado para una feria de maquinaria, han perjudicado al Sónar, que ha reunido 105.000 asistentes durante cuatro días, lo que supone una pérdida de 20.000 espectadores respecto a la pasada edición.

Tanto el Sónar de Día, que se celebra en Fira Barcelona Montjuïc, como el de Noche, en Fira Gran Vía de L'Hospitalet, se han visto afectados por la reducción de público, mientras que el apartado profesional ha quedado al margen.

Tecnologías aplicadas a la creatividad para grandes momentos

"Sónar+D ha sido un éxito, tanto en la afluencia de asistentes como en el contenido", ha afirmado el codirector Enric Palau, que ha destacado el uso "de las tecnologías aplicadas a la creatividad".

Palau también se ha mostrado muy satisfecho de la programación musical, porque "se ha reafirmado el factor descubrimiento" y ha habido "grandes momentos".

Varios de ellos los han protagonizado los artistas de música urbana autóctonos, como Bad Gyal, que ha tenido su momento de gloria este sábado por la tarde en el recinto del Sónar de Día.

Dellafuente y Emilio G han sido otros de los triunfadores este año, en el que el Sónar se ha situado sin complejos del lado de los ritmos urbanos y latinos, sin abandonar sus otras banderas.

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